Una casa
Si alguna vez tuviste que alquilar lo sabrás: la cosa está difícil. Precios altísimos, condiciones irrisorias y búsquedas que demandan meses enteros y mucho estrés.
No se aceptan mascotas ni niñes. Se aceptan mascotas pero no hijes. Sólo estudiantes. Sólo para mujeres. Sólo gatos, perros no. ¿Patio? No, no tiene.
Ser propietarie es, sin dudas, un privilegio inconmensurable.
Frente a eso, nos preguntamos: ¿A dónde vamos a vivir? ¿Hay que irse cada vez más lejos?