El arte no se inunda

La máquina del tiempo aún no se inventó, creemos, pero: ¿una canción puede llevarnos al pasado, así como un aroma nos transporta a una comida? ¿Creés que escuchar una poesía, que crudamente retrata un episodio que vivimos, nos haga poner la piel de gallina?

Recorremos un barrio en La Plata, despistades, yendo a hacer un trámite. Y, de golpe, un dibujo en una pared nos deja impactades, congelades. ¿Qué nos genera encontrarnos por sorpresa con un mural? ¿Cómo hacemos para no olvidar?

Te invitamos a recorrer murales, canciones e intervenciones que les artistas de esta ciudad hicieron a lo largo de estos diez años. 

El 29 de mayo del 2013 se empezaron a hacer una serie de murales y pintadas en distintos barrios, con personajes ideados para “proteger los espacios” y que la gente pueda “volver a habitar” el lugar donde vive.

Eran murales para embellecer la ciudad, pero también para aportar a reconstruir los hogares e historias, y para no olvidar lo sucedido. Eran una forma de poder relevar y presentar esa multiplicidad de prácticas y respuestas solidarias y locales que se activaron ante la catástrofe. 

Una memoria colectiva en donde presentar diferentes historias, sentidos y relatos que surjan de las conversaciones y espacios de encuentros con les vecines afectades por el temporal.

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Operación la marca del agua

Episodio 1: Feria Municipal del Libro de La Plata, 2 de junio de 2013 | “Dos meses después de las inundaciones en la ciudad de La Plata, la municipalidad realizó una feria municipal del libro. En su convocatoria advierte no hablar de las inundaciones y no pegarle al intendente. Obviando, además, al conjunto de experiencias editoriales locales y desconociendo el campo de trabajo. Escritoras, editoras, fotógrafas, diseñadoras, artistas, decidimos decir algo sobre el tema en medio del silencio violentamente organizado. No en un vano intento por sustituir “la voz de los sin voz”; sino como forma de poner de relieve algo que estaba entendido por todos: acá no se está hablando de algo”.

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Leé el texto completo de la poesía acá

“Somos los libros náufragos.
Somos la palabra que emerge de los espejos líquidos, a tomar aire.
Somos un signo de lo posible, el corazón a flote.
Somos lo que queda cuando calla la tormenta.
Somos la marca del agua”

 

Mamá política, no me abandones
Omar Crespo // La Plata/Mendoza, abril 2013

Después de la puñalada del cielo
por la espalda,
nos queda esta intemperie desmedida
de galopar la crónica perfecta,
la misma que los noticieros desafían
en su banquete diario de perversión
y especuladora miseria.
Después qué. Haciendo gárgaras
con imágenes confusas, veloces,
con imágenes que nos prestan
y a las que nos aferramos.
Porque son nuestras.
Después, sacar los muebles muertos a la calle,
navegar lavandinas,
pasar el trapo, masticar baldes
y llorar todos los martes enteros
hasta que la memoria seque un pedazo de vida.
Después, con la punta más filosa del alma
ir sacándole la cáscara a la incertidumbre
para saber si estamos vivos de pedo
o de milagro
o si es una ironía del cielo dejarnos respirando a algunos
mientras contamos el infierno de los cuerpos;
año trece, año yeta;
el cielo todopoderoso nos dio un papa
pero nos dejó esta discusión de cuántos mató
el paro cardíaco de la inoperancia:
mamá política no puede con la naturaleza,
pero su obligación es amamantar todos los bebés
y esperamos su autocrítica palabra.
Después, capturar el verbo
que rebobine todo,
congelar las nubes,
detener el agua,
y ahí darle una cachetada
al intendente, al gobernador,
a la presidenta, a los meteorólogos,
a nosotros mismos por tirar basura
en la calle y volvernos culpógenos
de la maldita desgracia.
........................................................................
Después, te das cuenta el vacío de acumular.
Y que lo único que no tiene fondo es
el garage pedregoso del alma.
Pasamos colchones, hacemos puentes humanos para pasar
paquetes de fideos, pañales, abrazos. Salen móviles a la pobreza.
Y nos sentimos menos solos.
Somos televisados.
Y al otro mes ya nos estamos mirando de reojo
porque nos sabemos mezquinos.
Nos preguntamos
cuánto tiempo podemos ser solidarios,
para volver a la otra semana al sistema paranoico de alarmas y candados
por miedo al que el prójimo me deje sin ruedas,
sin electrodomésticos y sin ególatra salario.
Después, mirando con pánico si las nubes se conspiran,
sin saber si tienen el ancho de espada
o el cuatro de copas,
si es que hay que andar vestido de pez
como un idiota votante que elige candidatos.
Sabemos que es hora de bajar un cambio
y dejar de jugar al vecino omnipotente.
Pero nos puede lo febril, la indignación,
la paliza gris que nos dio el viento
en un dos malvinense.
Ayer llegué al Lejano Oeste
y después de viajar con varios milímetros de lágrimas,
de volver con el amor vivo
de los seres queridos,
encontré el vital consuelo:
los amigos son las guitarras

La florcita de la esquina

La Olla Popular de Plaza San Martín nació de la mano de la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez, en 2008, luego de una brutal represión policial hacia un grupo de jóvenes que vivían en la plaza y a quienes los medios de comunicación hegemónicos llamaron “la banda de la frazada”.

La APDN y los chicos y chicas comenzaron a juntarse todos los martes; a comer, a intercambiar, a aprender y denunciar las violaciones a los derechos de las infancias y adolescencias por parte del municipio. Los pibes y pibas armaron una banda de hip-hop: “La florcita de la esquina” y para el primer aniversario del 2A, subieron al escenario a cantar. 

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Las paredes hablan

Las paredes hablan en mi ciudad. Las paredes gritan, cantan, sueñan, denuncian, reclaman, critican, avisan. Los muros separan. Los paredones fusilan. Las paredes lloran por los que ya no están. Las paredes hablan en mi ciudad. Las paredes brillan, cuentan, muestran crímenes, peleas, fiestas, amores, pasiones, ideas, propuestas. Las paredes ya no callan. No esconden. No ocultan. Las paredes hablan en mi ciudad. Los muros silencian. Ya no quiero muros ni muertes. No quiero estar librada a mi suerte. Las paredes se levantan como mi gente. Llenas de manchas, colores, figuras, aguafuertes. Las paredes hablan en mi ciudad, para que todos sepan la verdad. 

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Intervención callejera realizada en el marco del primer aniversario de la gran inundación del 2 de abril de 2013. Intervenir LP junto a los colectivos Volver a habitar, La Joda teatro, vecinos y artistas independientes de la ciudad. Coordinado junto a Familiares Víctimas y Asamblea de Asambleas barriales. Música: Nacho Martí Poesía: Fabiana Uro

Punto de encuentro de acciones culturales

 

“Hace un año, la inundación sacó a flote lo peor y lo mejor de la ciudad. Nos encontramos con una ciudad ajena, fragmentadxs, incomunicadxs. Pero también capaces de organizarnos para articular la solidaridad, reclamar justicia y proponer nuestras propias imágenes y relatos. Distintos colectivos impulsamos acciones artísticas y comunicacionales para superar el naufragio. Este 2 de abril proponemos reunirnos todos juntos, en la plaza, bajo el techo de una carpa y el abrazo del reclamo compartido”, decía la convocatoria para 2014.

Ese día, en Plaza Moreno, pasó de todo. Seguí scrolleando y conocé más. 


Al año siguiente, se volvió a Desbordar la Plaza. 

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Agua en la cabeza

“El mayor peligro que encierra la lectura de este libro es que parezca bello, y sin embargo lo es. Hay imágenes literarias y poéticas conmovedoras. Y si bien es cierto que prueban que los seres humanos somos capaces de procesar los mayores dolores y tragedias a través del arte, no deberíamos olvidar el origen de estos textos. Debería haber alguien que nos recordara (…) que lo que vamos a leer pasó. Que nos pasó. Y que lo hicimos nosotros”. 

Cuentos, crónicas, poesías e ilustraciones, una antología de Club Hem y Pixel Editora, 2014.

 

2A El naufragio de La Plata

Un trabajo periodístico titulado “2A. El naufragio de La Plata”.  Escrito por  Josefina López Mac Kenzie y Martín Soler, ilustrado con los grabados de Juan Bértola y editado por La Pulseada. 

Seguimos inundados

Archivos e imaginaciones del agua común, fue el nombre de la intervención que el colectivo fotográfico SADO hizo en Plaza Moreno en abril de 2015.

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